Pan de almendra

Hace poco vi esta receta en la página de Elana´s pantry, y pensé en ponerla a la práctica. Elana lleva tiempo intentando perfeccionar esta receta, para que no quede demasiado «compacta», y la verdad es que esta vez ha conseguido un pan que me tiene encantada. He sustituido el aceite de coco de su receta por aceite de oliva, y la harina de coco por coco rallado. La próxima vez lo haré en un molde un poco más pequeño, para que me quede más alto el pan. Pero seguro que lo volveré a hacer, vale la pena.

Ingredientes:

• 1 taza y media de harina de almendra (375 ml)
• 2 cucharadas de coco rallado
• 3 cucharadas de semillas de lino molidas
• 1 sobre de gasificante del Mercadona o un sobre de levadura Royal
• 1 pizca de sal
• 5 huevos
• 1/4 taza de aceite de oliva
• 1 cucharada de miel
• 1 cucharada de vinagre de sidra

 

Elaboración:

Precalecantar el horno a 170ºC. Colocar los cinco primeros ingredientes (almendra, coco, lino, sal y levadura) en un bol y remover bien. Añadir los huevos, el aceite de oliva, la miel y el vinagre hasta formar una masa semilíquida. Forrar un molde rectangular para horno con papel de horno y verter la masa, cocinar durante 30 minutos aproximadamente. Sacar del horno y esperar a que el pan esté frío para cortar. Yo lo guardo dentro de una bolsa para congelar con cierre para que dure más tiempo tierno.

Lasaña de berenjenas

Esta es una de esas recetas que va bien hacer con antelación, mejor el día antes, ya que es laboriosa y mejora al cabo de unas horas al reposar los sabores. Eso sí, si tienes invitados es difícil que no guste, en mi casa siempre ha sido un éxito. Además, me estoy dando cuenta de que publico pocas recetas con carne, y esta es de las mejores que conozco.Por lo que sé, es una receta italiana (no es difícil de imaginar con el orégano y el tomate), y si tenéis la paciencia de hacerla veréis que vale la pena.

Yo he utilizado una fuente para horno de cerámica, pero sirve cualquier fuente para horno, aunque creo que el hecho de utilizar papel de horno es muy útil, te ahorra mucho trabajo a la hora de limpiar el recipiente después, aparte de que no se pega.

Ingredientes (para 4 personas):

• 1 kg de berenjenas (alrededor de 3 berenjenas medianas)
• 500 mg de carne picada (mejor si es mitad ternera y cerdo)
• 1 cebolla grande
• 4 dientes de ajo
• 2 latas grandes de tomates enteros (o aprox. 750 gr de tomates pera maduros)
• 2 pimientos verdes
• Pasta de concentrado de tomate (opcional)
• 1 lata de aceitunas negras sin hueso, laminadas
• Vino blanco
• Aceite de oliva virgen
• Sal entera
• Orégano, pimienta negra y albahaca fresca

Elaboración:

Lavar las berenjenas y cortar a lo largo en láminas finas, de aprox. medio centímetro. Colocar en una fuente las láminas y poner una paella grande con aceite abundante a fuego medio. Ir sofriendo las láminas de berenjena en el aceite, escurriendo bien en el momento en que estén hechas. A medida que se van haciendo, colocar en un plato con papel absorbente. Ir poniendo papel absorbente entre las capas de berenjena a medida que las vamos haciendo. Esto es importante para que no queden demasiado oleosas.

Aparte, colocar una cazuela grande al fuego con aceite de oliva a fuego suave. Cortar la cebolla en cuadraditos y sofreír a fuego lento, con la tapa puesta. Si en algún momento notamos que le falta líquido, se le puede añadir agua o vino blanco. Una vez bien pochada la cebolla, añadir el pimiento verde lavado y cortado a trocitos. Dejar pochar nuevamente con la cazuela tapada. Mientras, sacar los tomates de la lata y cortar a trocitos pequeños. Añadir a la cebolla con el pimiento y dejar hacer a fuego lento de nuevo. Una vez hecho el sofrito, triturar con la minipimer y añadir la carne picada, removiendo bien. Salpimentar, y añadir orégano seco y unas hojitas pequeñas de albahaca fresca al gusto. Añadir chile si se quiere un poco más picante. Remover ligeramente unos minutos hasta que esté hecho, comprobar de gusto y reservar.

Para montar el plato, forrar una fuente de horno grandecita con papel de horno. Para adaptar el papel de horno a la fuente, lo mejor para mí es mojar el papel ligeramente bajo el grifo, hacer una pelota y arrugarlo todo lo posible. Después de todo esto, será mucho más fácil de manipular y se adaptará mejor a la fuente. Una vez forrada la fuente, colocar una primera capa de berenjenas. Cubrir con una capa de sofrito de carne, nivelando bien y cubrir después con un buen puñado de aceitunas negras laminadas. Volver a cubrir con otra capa de berenjenas, sofrito y aceitunas hasta terminar los ingredientes, intentando terminar con una capa de berenjenas. Colocar la fuente al horno (150ºC) unos 30 minutos, y reservar hasta el momento de servir.

Helado de piña colada

Hace poco vi esta receta en la página de Elana’s Pantry y me pregunté cómo era que no se me había ocurrido antes. La combinación de piña y coco me encanta, y en forma de helado es ideal ahora para el verano. Además, no puede ser más fácil de hacer por los pocos ingredientes. Gracias a la leche de coco queda muy cremoso, sobretodo si se saca con un poco de antelación del congelador a la nevera.

Ingredientes (para aprox. 1 litro de helado):

• 2 latas de 400 ml de leche de coco (he utilizado de la marca Blue Dragon, se encuentra en el Corte Inglés, Caprabo…)
• 500 ml de piña fresca cortada
• 100 gr de azúcar moreno o más, al gusto (yo he utilizado mitad azúcar moreno y mitad Miel de caña)
• 1 vasito de ron blanco (opcional)

 

Elaboración:

Es tan sencillo como triturar todos los ingredientes con una batidora y dejar enfríar en la nevera, bien tapado. Una vez frío, mantecar con la heladera hasta que esté cremoso y con textura de helado. Meter en un tuper apto para el congelador y refrigerar. Sacar del congelador un poco antes de servir para que esté más cremoso. Hacer bolas y decorar con miel de caña.

 

Helado de té verde

Hace unos días, vi una receta similar publicada en el blog Mercado Calabajío y pensé: ya sé qué hacer con el polvo de té verde que tengo en casa! Con unas cuantas adaptaciones, creo que he conseguido un helado bastante similar al que había tomado en los restaurantes japoneses. Para los que viváis en Barcelona, quizás os interese saber que el polvo de té verde lo compré en la pastelería Ochiai, una de las pocas pastelerías japonesas auténticas. El helado en sí no es difícil de hacer, sobretodo si se dispone de heladera, y queda muy cremoso. Yo casi no noto el sabor a coco, queda muy diluido por el sabor a té verde.

Ingredientes:

• 1 lata de 400 ml de leche de coco
• 3 yemas de huevo
• 120 gr de azúcar moreno
• 10 gr de té matcha

Elaboración:

Empezaremos mezclando el té matcha con 20 gr de azúcar moreno. Añadiremos unas cucharadas de leche y mezclaremos bien formando una pasta. Aparte, pondremos la leche de coco a calentar, incorporaremos la mezcla de té disolviendo bien, sin que llegue a hervir.

Por otro lado, mezclaremos el azúcar restante con las tres yemas de huevo. Incorporaremos al cazo con la mezcla de té y seguiremos calentando removiendo bien. En cuanto comience a hervir, lo retiraremos y dejaremos enfriar.

Una vez frío, dejaremos bien tapado con papel film en la nevera. Una vez bien frío, mantecaremos con la ayuda de una heladera hasta que quede bien espeso. Dejar en un tuper bien tapado en el congelador al menos unas 2 horas más, y ya estará el helado preparado.

Ensalada de calabacín y zanahoria con cilantro

Hace poco, en mis vacaciones por Irlanda, descubrí un café llamado Avoca. Resulta que este café es famoso por sus platos, y incluso ha publicado varios libros con sus recetas. Cómo no, decidí añadir este libro a mi colección de libros de cocina, que ya comienza a no tener espacio en las estanterías. Esta es una de sus recetas, simple pero efectiva, porque los pocos ingredientes combinan a la perfección. El toque de naranja le queda muy bien, y es muy refrescante con el calor que hace ahora.

Ingredientes:

• 1 calabacín hermoso
• 2-3 zanahorias
• 1 ramillete de cilantro fresco
• 1 naranja
• Aceite de oliva virgen
• vinagre de módena
• Mostaza en grano
• Semillas de sésamo
• Sal entera

Elaboración:

Lavar bien el calabacín, cortar los extremos y rallar en un rallador de agujero grueso. Colocar en un bol para servir. Pelar las zanahorias, y rallar también, y añadirlas al calabacín. Añadir la ralladura de la piel de la naranja, y el zumo. Añadir el cilantro bien picado. Aparte, hacer una vinagreta de mostaza*. En un pote pequeño con tapa de rosca, verter aceite de oliva. Añadir un chorrito de vinagre de módena (a ojo). Añadir una cucharada de mostaza, tapar el pote y agitar con fuerza hasta emulsionar la vinagreta. Echar un buen chorrito por encima de la ensalada. Remover bien la ensalada con la ayuda de unas cucharas, y servir enseguida cubierta con las semillas de sésamo.

*La vinagreta restante se puede guardar en la nevera tapada en el bote para aliñar ensaladas.

Tortillitas de bacalao

Hace poco he descubierto esta receta en la página de Pepekitchen, y cómo no, me he animado a hacerla: es una receta rápida de hacer, sabrosa y ligera ahora para el verano. Os animo a probarla desde aquí, el bacalao se presta a multitud de preparaciones, y ésta es diferente y deliciosa. La idea de añadirle el perejil ha sido mía, pero cada uno es libre de añadir el condimento que mejor crea que le va a quedar. También me ha parecido que quedarían muy bien con alguna salsa para mojar, ya que se pueden doblar fácilmente. Alguna idea?

Ingredientes (3 personas):

• 300 gr de bacalao desalado desmigado
• 300 ml de leche de soja
• 200 gr de harina de arroz integral
• 100 gr de guisantes congelados
• Perejil fresco
• Aceite de oliva virgen extra
• Pimienta negra
• Sal entera

Elaboración:

Poner la leche de soja en un cazo al fuego, colocar en la leche el bacalao desmigado y sin espinas, junto con los guisantes. Cocer a fuego medio unos minutos, lo justo para que el bacalao cambie de color. Aparte, colocar la harina de arroz en un bol, tamizada. Añadir la leche con los guisantes y el bacalao, poco a poco, hasta conseguir una masa semilíquida con cuidado de no formar grumos. Añadir a la masa el perejil picadito, la pimienta y la sal (si hace falta, solo si el bacalao está muy desalado).

Calentar una sartén antiadherente al fuego con un poco de aceite, y freír las tortillitas echando la masa con la ayuda de un cucharón, de forma que queden finitas, sino quedarán crudas por dentro. Ir girando a medida que se doren por cada lado con la ayuda de una espátula, y una vez hechas colocar en papel absorbente. Están más buenas recién hechas.

Tortilla paisana

 

Llevo un tiempo sin actualizar, estos días he estado de vacaciones y me está resultando difícil conciliar el blog con otros compromisos, pero iré añadiendo recetas que me han encantado estos días.  Por ejemplo, esta que ha sido la comida de hoy.

Me encanta la tortilla, en especial esta variedad en que se sustituye parte o toda la patata por verdura variada a elegir. Yo en este caso he elegido el calabacín, los pimientos y la berenjena, pero también quedaría bien con guisantes, espárragos, habas… En la variedad está el gusto. Eso sí, para mí es importante que lleve cebolla y quede jugosa por dentro. Ahora en verano, se puede guardar en la nevera y tomar fría, con una ensalada y una bebida fresquita…

Ingredientes (para 2 personas):

• 1 patata
• 1 berenjena
• 1 cebolla grande
• 1 calabacín pequeño
• 1 pimiento verde
• 1 pimiento rojo
• 4 huevos
• Sal entera
• Aceite virgen de oliva
• Pimienta negra recién molida, nuez moscada
• 2 dientes de ajo

 

Elaboración:

La gracia de esta tortilla está en hacer los ingredientes por separado, respetando los tiempos de cocción. Es ideal que las verduras queden pochadas, y que la tortilla quede jugosa por dentro. Comenzaremos dorando los dientes de ajo pelados y fileteados en el aceite, para que se impregne del sabor del ajo. Retiraremos. Seguidamente, se comienza a pochar la cebolla bien picada en juliana. Una vez se vuelva la cebolla trasparente, se añaden los pimientos cortados en trozos pequeños, se tapa la sartén y se deja pochar hasta que esté bien hecho. En una sartén aparte, se sofríe la patata cortada en rodajas muy finas, a poder ser con la mandolina (se hará mucho más rápido). Una vez hecha, se colocará en un cuenco. Se limpiará el calabacín, se cortará también a rodajas my finas con la mandolina, y se sofreirá. Una vez hecho, se colocará con la patata. Haremos lo mismo con la berenjena, pero intentando eliminar el exceso de aceite al final para que la tortilla no quede muy oleosa. Añadiremos al bol una vez hecha la cebolla con los pimientos. Se mezclan bien todas las verduras, y se añaden 4 huevos, removiendo bien. Lo ideal es dejar reposar la mezcla una media hora, para que las verduras se hidraten y se mezclen los sabores. Se pueden añadir las especies que queramos, yo añadí pimienta negra recién molida, nuez moscada y sal entera, removiendo bien. También se podría poner perejil, etc.

Se cubre una sartén de 20 cm aprox, un poco alta y antiadherente, con un poco de aceite de oliva virgen. Se coloca a fuego medio, y una vez caliente el aceite se hecha la mezcla anterior. Se remueve un poco para que no queme el fondo y no quede cruda por dentro, y se gira con la ayuda de un plato cuando los bordes comienzan a estar hechos. Se vuelve a colocar un poco de aceite de oliva en la sartén, y se recoloca la tortilla con cuidado de no romperla. Al cabo de unos pocos minutos, se vuelve a colocar en el plato, y se deja enfríar ligeramente.

Ahora en verano, apetece más tomar la tortilla bien fría, incluso de un día para otro. A mí me gusta que queden jugosas por dentro, pero eso va a gustos.

«Pancakes» de trigo sarraceno con manzana

Últimamente me he aficionado a hacer tortitas para el desayuno los fines de semana. Me encanta desayunar como una reina cuando tengo tiempo, es una debilidad. Llevan su tiempo, pero vale la pena. Además, suelen sobrar unas cuantas y así las guardo para tomarlas entre semana, aunque están mejor recién hechas. Hace poco publiqué la versión con teff, que sigo haciendo porque son deliciosas, pero he querido probar con otra harina de más fácil acceso, ya que entiendo que la mayoría de personas no van a comprar esta harina todavía desconocida para la mayoría. Mientras esperamos a que se distribuya en nuestro país, podéis probar estas tortitas.

Si soy sincera, creo que la versión de teff es ligeramente mejor, con más sabor como a «cereal». Pero esta versión es más asequible, ya que aunque el teff se pueda comprar por internet, es verdad que el precio es bastante elevado (alrededor de 13 euros el kilo). La harina de trigo sarraceno se encuentra sin problemas en la tiendas Veritas, para los que seáis de Barcelona y alrededores.

Ingredientes:

• 1 taza de harina de trigo sarraceno
• 2 cucharadas de almidón de tapioca (o maizena)
• 1 sobre de gasificante del Mercadona
• 1 pizca de sal entera
• 1 taza de leche vegetal
• 2 cucharadas de azúcar moreno o miel de caña
• Agua

Para las manzanas:

• 1 cucharada de ghee o aceite de oliva
• 1 manzana golden

Elaboración:

En un bol mezclar los ingredientes «secos» de la masa: harina, tapioca o maizena, gasificante y sal. Añadir entonces la leche vegetal mezclada con el azúcar o miel de caña, poco a poco para evitar los grumos, hasta conseguir una masa líquida. Añadir entonces el agua necesaria para conseguir una consistencia parecida al yogur líquido.

Aparte, lavar una manzana, quitar el corazón y cortarla a cuartos. Volver a cortar en rodajas finas. Colocar una sartén antiadherente al fuego con una cucharada de ghee (o aceite de oliva si no se tiene), y colocar la manzana. Tapar la sartén y dejar a fuego lento.

Mientras, calentar una sartén pequeña antiadherente con un poquito de aceite de oliva. Añadir un cucharón de la masa, hasta cubrir el fondo, y dejar hacer a fuego lento hasta que comience a dorarse en los bordes y a verse burbujas en la superficie. Con una espátula, girar la tortita y hacerla del otro lado. Es importante que la sartén sea pequeña, ya que si la tortita fuera muy grande se rompería al girarla.

Ir haciendo toda la masa de este modo, hasta acabar la masa. Mientras se hacen las crepes, ir girando la manzana en la sartén con cuidado de que no se queme, con la sartén tapada, hasta que la manzana quede ligeramente caramelizada con su propio azúcar y bien blandita.

Servir las tortitas acompañadas de la manzana, si se quiere se puede espolvorear con canela. Buen provecho!

Caballa escabechada

Estoy descubriendo el fantástico sabor del escabeche, y lo fácil que es de hacer. Además, con esta receta conseguimos aumentar el aporte de pescado azul a la dieta, que además de ser delicioso es muy sano. El pescado azul nos aporta omega-3, que es esencial para una buena salud cardiovascular. Se debería consumir más pescado que carne, al contrario de lo que es habitual. Y en especial, pescado azul, que además de ser muy sano, es delicioso y económico.

Ingredientes

• 2 caballas medianas, limpias y cortadas a rodajas gruesas
• 5 dientes de ajo pelados
• 2 hojas de laurel
• 2 ramitas de tomillo fresco
• 1 ramita de romero
• Pimienta negra
• 2 cebollas medianas
• 1- 2 zanahorias
• 1 vaso de aceite de oliva virgen
• 1/2 vaso de vinagre de manzana

Elaboración:

Limpiar la caballa y secarla con papel de cocina. Colocar todo el aceite de oliva en una sartén antiadherente y sofreír a fuego lento la caballa, girándola hasta que esté hecha. Reservar. Colar el aceite si es necesario para eliminar posibles residuos del pescado. Volver a colocar al fuego y pochar en este aceite la cebolla cortadita fina y la zanahoria pelada y cortada a rodajas. Tapar y dejar a fuego lento, añadiendo el ajo y las hierbas, hasta que la cebolla y la zanahoria estén blandas. Añadir entonces el vinagre y hacer unos minutos más. Colocar la caballa en un recipiente estrecho, que permita cubrirlas por completo con el líquido. Añadir un poco más de agua si es necesario para cubrir bien el pescado, y dejar enfriar dentro del escabeche. Una vez frío, meter en la nevera bien tapado, y servir tibio al cabo de un día o unos cuantos días. Este plato mejora al dejarlo reposar dentro del líquido.

Tomates secos marinados

Una cosa que me encanta de los restaurantes italianos es el famoso «antipasto«, con esos fantásticos tomates secos marinados con hierbas y aceite de oliva. Así que el otro día, cuando vi unos tomates secos en el súper me decidí a hacerlos yo en casa. Realmente son muy fáciles de hacer, y se conservan muy bien una vez hechos con el aceite de oliva, en un recipiente de vidrio en la nevera.

Yo he utilizado esta combinación de hierbas, pero eso va al gusto de cada uno. Hace poco que tengo una planta de tomillo y he aprovechado para añadirle tomillo fresco, que le queda muy bien. Pero hay que experimentar, hay que buscar la combinación que os guste más.

Ingredientes:

• 1 pote de tomates secos (también se pueden secar en casa, como explican aquí)
• Aceite de oliva virgen
• Hojas de laurel
• Pimienta negra
• 6 dientes de ajo
• Unas ramitas de tomillo fresco o seco
• 1 ramita de romero

Elaboración:

Escaldar los tomates en agua caliente unos minutos hasta que estén tiernos. Cuanto más tiempo se escalden, más tiernos estarán, pero no deben deshacerse. Escurrir bien, y colocar entonces en un recipiente de vidrio con aceite de oliva, unas cuantas bayas de pimienta negra o verde, una ramita de tomillo fresco y otra de romero, y unos cuantos dientes de ajo pelados. Remover bien dejando que los tomates se empapen en el aceite aromatizado, y dejar tapado en la nevera durante 1 día como mínimo, mejor si lleva unos cuantos días. Yo he utilizado un recipiente que permite hacer el vacío, con lo que el marinado queda con un sabor más intenso.

También debe de quedar muy bien con albahaca, aunque todavía no lo he probado. Si lo probáis, veréis que como entrante es ideal.

Codornices escabechadas

He notado que tengo tendencia a publicar pocas recetas de carne. Pero hace unos días hice estas codornices escabechadas, basándome en la receta publicada por el fantástico blog Mercado Calabajío. Desde aquí mi felicitación por ese blog que es una gran ayuda, con fotos del proceso y siempre tan bien explicado.  La verdad es que tienen razón cuando dicen que están mejores al cabo de unos días, ganan muchísimo y se conservan muy bien en la nevera, dentro del escabeche. Tengo previsto hacer más recetas de escabeche, me ha encantado y es muy fácil de hacer.

Bueno, ahí va la receta:

Ingredientes para 2 personas:

• 4 codornices
• 1 puerro
• 6-7 dientes de ajo
• 1 zanahoria
• 1 cebolla
• 1 hoja de laurel
• 1 ramita de tomillo
• 1 vaso de vino blanco
• 3/4 de vaso de vinagre blanco
• 1/4 vinagre de Jerez
• 1 vaso de agua
• 1/4 vaso de aceite de oliva virgen extra
• pimienta y sal

Elaboración:

Primero de todo, limpiar bien las codornices y cortarles el cuello. Salpimentarlas bien por dentro y por fuera. Bridarlas con un cordón de forma que no abran al freírlas, y colocarlas en todo el aceite de oliva, rehogándolas a fuego lento hasta que estén un poco doradas. Reservar una vez hechas (no demasiado) en una olla bien honda.
Cortar las verduras, y sofreír a fuego lento todas las verduras en el aceite de las codornices, junto con el laurel, tapar y dejar hacer a fuego lento. Una vez pochada la verdura, añadir los ajos pelados y hacer un poco más. Añadir la verdura con todo el aceite a la olla donde están las codornices, y añadir todo el líquido restante, junto con la ramita de tomillo.

Dejar cocer todo junto unos diez minutos a fuego lento, y entonces dejar enfríar dentro de la olla. Una vez frío, meter en la nevera. Es mejor consumirlas tibias al cabo de unos 2-3 días.

Salud!

Espinacas con puré de garbanzos y bacalao

Hace unos días leí esta receta en el blog de Sònia, l´Exquisit. Enseguida me llamó la atención, fácil de hacer, completa y sana. Y además, la parte más importante (las espinacas y los garbanzos) se podían hacer con antelación. La verdad es que desde que descubrí el blog de l´exquisit, lo sigo siempre. Es un blog hecho con mucho cariño, con unas fotos fantásticas, y las recetas siempre deliciosas, dan ganas de comerse la pantalla del ordenador. Lástima que tengo poco tiempo y casi nunca comento en ningún blog, a veces me sabe mal ver blogs tan bien hechos y explicados y no dejar ningún comentario, pero es que me pasaría el día delante del ordenador, y no puede ser… Desde aquí me disculpo, por no dejar un «feedback» más que merecido casi siempre, pero es que no sé de dónde saco tiempo para escribir un blog.

Bueno, vamos a la receta, que hice ayer para cenar y estaba de muerte.

Ingredientes:

Crema de garbanzos:

• 250 gr de garbanzos cocidos
• 1/2 cucharadita de semillas de mostaza (opcional)
• 1 cm de jengibre fresco rallado
• 1 cebolla
• 1 cucharada de puré de tomate o concentrado de tomate
• 2 tomates pera maduros
• Aceite de oliva
• Sal entera

Espinacas:

• 250 gr de espinacas frescas
• 2 dientes de ajo fileteados
• Aceite de oliva
• Sal entera y pimienta

Bacalao confitado:

• 2- 3 lomos de bacalao desalado
• 2 chiles secos
• Aceite de oliva
• Hierbas al gusto: laurel, tomillo fresco

Elaboración:

Preparar primero la crema de garbanzos: Calentar las semillas de mostaza en una sartén y dejar chisporrotear unos segundos. Agregar el jengibre rallado, remover un poco, incorporar la cebolla cortada y sofreír unos 10 minutos, tapada.

Añadir el tomate pelado y cortado a cuadrados, el puré de tomate y la sal cuando la cebolla esté blanda. Cocer unos minutos y agregar los garbanzos, bien escurridos y lavados bajo el grifo.

Añadir 1 vaso de agua, y cocinar 10 minutos a fuego lento. Triturar  con el brazo de la minipimer y reservar.

Mientras, preparar las espinacas: Poner el ajo con un poco de aceite en una sartén grande, sofreír unos minutos y añadir las espinacas. Tapar y cocer removiendo de vez en cuando. Salpimentar al final.

Preparación del bacalao: En un cazo con aceite de oliva, añadir 1 hoja de laurel, 1 ramita de tomillo y los chiles (sin pasarse). Cocerlo a fuego muy suave unos minutos, hasta que se separen las lascas. Reservar.

Para montar el plato, colocar las espinacas en el fondo de un vaso ancho. Colocar por encima el puré de garbanzos y finalizar con el bacalao desmigado, mejor de un días para otro en el mismo aceite.

Vichyssoise

Esta crema clásica es ideal como entrante, bien fresquita ahora que comienza a hacer calor.  No tiene ninguna complicación, y es realmente deliciosa. Si podéis conseguir ghee, realmente tiene un sabor especial, como a nuez, que enriquece el plato. Si no, el aceite de oliva servirá igualmente. Yo lo he encontrado en una tienda pakistaní, y dura una eternidad bien tapado en la nevera. En principio, a pesar de ser un lácteo se podría consumir ya que no contiene proteína de vaca. Eso sí, con moderación ya que no deja de ser una grasa saturada.

Ingredientes:

• 2 puerros grandecitos o 3 medianos
• 3 patatas grandes
• Caldo de verduras
• Ghee (opcional)
• Leche de coco (ideal) u otra leche vegetal
• Aceite de oliva virgen
• Pimienta negra
• Sal entera

Elaboración:

Limpiamos bien los puerros, haciendo incisiones en cruz en el extremo más verde y lavándolos generosamente bajo un chorro de agua. La arenilla puede estropear cualquier comida, así que conviene limpiarlos bien. Los cortamos en rodajas. También lavamos, pelamos y cortamos las patatas en trozos.

Rehogamos el puerro en el ghee (o aceite de oliva si no tenemos). Cuando esté blando añadimos las patatas y la cantidad de caldo necesaria para que quede líquido pero con consistencia. Sazonamos con sal y pimienta negra y cocemos durante media hora. Añadimos al final unos 200 ml de leche de coco, quedará más cremosa con leche de coco que con otra leche vegetal, pero también sirve cualquier otra. Después lo trituramos bien fino con el brazo de la minipimer y dejamos enfriar en la nevera.

Una vez bien frío, servimos con unas gotitas de aceite de oliva y un poco de pimienta negra recién molida.

«Pancakes» de teff

Navegando por internet, hace ya unos meses descubrí una harina de la que nunca había oído hablar: el teff. Se trata de un cereal originario de Etiopía, ingrediente principal de un tipo de «pan» típico de la zona, la injera. En nuestro país no se puede comprar,  al menos yo nunca lo he encontrado, pero me picó la curiosidad al ver la cantidad de recetas que corrían por la red con este ingrediente y decidí comprar unas bolsas por internet en esta página. La verdad es que una vez me llegaron, no sabía muy bien qué hacer con ellas, pero con las bolsas venía un pequeño recetario y me decidí a hacer la receta de las típicas tortitas americananas o «pancakes» para desayunar el fin de semana.

Entiendo que esta receta no estará al alcance de la mayoría por no disponer del ingrediente principal, pero si tenéis la suerte de encontrar la harina, la verdad es que a mí me han parecido deliciosas, con un sabor suave pero «a cereal». Además, tienen la virtud de quitarte el hambre durante horas, cosa que hace pensar que realmente deben de ser muy nutritivas. Ojalá algún día este cereal se pueda comprar en las tiendas de nuestro país, a un precio un poco más razonable (parece que en Palencia a lo mejor ya la pueden comprar). Para los no celíacos, ya sabéis que se puede sustituir la harina de teff por harina normal sin problemas.

P.D.: Investigando, he descubierto que en la página Planeta vegano venden harina de teff integral ecológica de la marca El granero integral. El precio es un poco elevado (6.65 euros, 500 gr), pero los gastos de envío son muy asequibles, con lo que sale mucho más económica que la que compré en EEUU. Lo que me parece curioso es que sólo se venda aquí, tratándose de una marca nacional. La tienda virtual todavía no funciona 100%, pero el servicio de envío es muy eficaz. 

P.P.D (5/2012): Si vivís en Catalunya, se puede encontrar en las tiendas Veritas, que es donde la compro ahora.

Bueno, vamos a la receta:

Ingredientes:

• 250 ml de harina de teff (existe la variedad «ivory» y la «brown»; yo utilicé «ivory»)
• 2 cucharadas de maicena (o otro almidón)
• 1 pizca de sal entera
• 1 cucharadita de levadura Royal (o gasificante)
• 1 cucharada de aceite de oliva virgen
• 80 ml de sirope de ágave (prescindible si se utiliza un líquido muy dulce; en ese caso se debería utilizar 250 ml de líquido)
• 170 ml de leche de soja (u otro líquido, incluso agua)
• 1 cucharada de extracto de vainilla (opcional)
• Miel de caña para decorar
• Fresas frescas cortadas a trozos o fruta al gusto

Elaboración:

Como todas las recetas americanas, se trata de juntar los ingredientes «secos» por un lado, los líquidos por otro y mezclarlos con cuidado de no formar grumos. Así, mezclaremos los 4 primeros ingredientes en un bol removiendo bien, y iremos añadiendo el resto de líquidos poco a poco con cuidado. Si no se dispone de sirope de ágave, se puede utilizar zumo de fruta (250 ml) que sustituiría la mezcla de sirope de ágave y la leche de soja. La base de esta receta está en utilizar el mismo volumen de harina que de líquido, o el suficiente para conseguir una masa líquida, como de crêpes.

Una vez hecha la masa, se calienta una sartén pequeña antiadherente y se hecha un poco de aceite de oliva. Con un cucharón, se echa una parte del líquido hasta cubrir el fondo y se hace hasta que vayan apareciendo burbujas en la superficie de la masa. Con una espátula y mucho cuidado, se da la vuelta a la tortita para que se haga por el otro lado a fuego lento. Se sigue el mismo procedimiento hasta terminar la masa, y se decora con un poco de miel de caña o de miel normal, terminando con fruta al gusto.

Este es un desayuno «de fin de semana», para disfrutar ahora que comienza el buen tiempo y olvidarse un rato de todo lo demás. Si lo probáis, os encantará.

Sepia con guisantes

Este es un plato tradicional de Cataluña, delicioso con ese punto tan nuestro de los frutos secos, en este caso avellanas, añadidas con la picada a media cocción. La verdad es que con las avellanas no se nota para nada que no lleva pan. Queda un guiso con mucho cuerpo, muy contundente. He decidido añadirle el perejil al final, en contra de lo que recomendaba la receta original, ya que creo que así se nota más el sabor a perejil y se conservan mejor sus propiedades (es muy rico en vitamina C). Si lo probáis, seguro que os gusta.

Nota para personas ocupadas: Es de esos platos que se pueden «dejar solos» unos minutos, ya que no hay peligro de que se peguen. Hay veces en que esos detalles vienen muy bien.

Ingredientes (aprox. 4 personas):

• 2 sepias
• Guisantes (250 gr aprox.)
• 5 dientes de ajo
• 4 tomates maduros
• 1 puñado de avellanas
• Caldo de pescado (fumet suave)
• 1/2 vasito de vino blanco
• Perejil fresco
• Aceite de oliva y sal entera

 

Elaboración:

Cortar la sepia ya limpia en cuadrados. En una cazuela, sofreímos los dientes de ajo hasta que estén ligeramente dorados. Retiramos los ajos y reservamos. En el aceite añadimos los tomates cortados a trozos pequeños y hacemos un sofrito. Cuando ya está listo, añadimos la sepia cortada a trozos y dejamos que vaya soltando el agua, revolviendo bien para que se integre con el sofrito.

Mientras, trituramos los ajos con las avellanas en el vaso de la batidora. Añadimos un poco de caldo si es preciso.

Una vez la sepia ha soltado el agua, añadimos una buena cantidad de caldo hasta cubrir. Añadimos entonces la picada de avellanas y ajo, y un vasito de vino blanco. Dejaremos a fuego medio unos 20- 25 minutos, o hasta que la sepia esté tierna. Unos 10 minutos antes, añadiremos los guisantes y removemos bien. En mi caso, he añadido también unas habas y le ha quedado muy bien. Es importante que se haga a fuego muy lento.

Una vez hecho, retirar del fuego y añadir un manojo de perejil fresco bien picadito, removiendo bien.

Está más bueno de un día para otro, dejando que se reposen los sabores.

 

Salmón en salsa de curry verde

Esta receta me ha salvado más de una cena: es fácil de hacer, deliciosa y además sana. Tenía ganas de publicarla porque cada vez la hago más a menudo, y es raro en mí, con lo que me gusta ir probando cosas nuevas. Además, es importante incluir platos con omega-3 en nuestra dieta, hay que cuidar el corazón. Y esta es una forma deliciosa de cuidarnos.

Es posible encontrar la pasta de curry verde en tiendas especializadas, yo la encontré en una tienda gourmet. Pero al final decidí hacerla yo misma, ya que encontré la receta en el libro Recetas básicas de Asia, que aprovecho para recomendar. Es un libro con unas ilustraciones deliciosas, paso a paso, y las recetas muy bien explicadas. Si te gusta la cocina tailandesa y japonesa, vale la pena.

Una vez hecha la pasta, se puede congelar en una cubitera del congelador en monodosis, envolviendo cada cucharada en papel film, de forma que se aprovecha perfectamente. Si lo probáis, os encantará.

Ingredientes (2 personas)

• 1 rodaja gruesa de salmón
• 6 hojas de albahaca
• 1 lata de leche de coco (400 ml)
• 1 lima
• Salsa de pescado (opcional)
• 1 cucharada de azúcar moreno
• Aceite de oliva
• 1 cucharada de pasta de curry verde

Pasta de curry verde (100 gr, se puede congelar):

• 1 trozo de 1 cm aproximadamente de raíz de gengibre
• 3 dientes de ajo pequeños
• 8 cebollas chalotes
• 4 guindillas verdes pequeñas (al gusto)
• 15 gr de hojas de cilantro
• 1/2 cucharadita de semillas de comino
• 1/2 cucharadita de semillas de cilantro
• 1 anís estrellado
• 1 cucharadita de sal entera

Elaboración:

En primer lugar, hacer la pasta de curry verde: Tostar en la sartén en seco durante unos 2 minutos las semillas de comino, de cilantro y el anís estrellado. Ponerlas en la picadora con la sal y los ingredientes restantes cortados en trozos grandes. Triturar hasta conseguir una pasta, rascando las paredes de la picadora con una espátula flexible. Si se quiere congelar, colocar una cucharada en un cuadrado de papel film y envolver de forma que no gotee. Colocar cada dosis en un hueco de la cubitera en el congelador, y ir sacando a medida que sea necesario.

Para la receta, colocar en el wok un chorrito de aceite junto con una cucharada de pasta de curry verde, las hojas de albahaca, y la ralladura de una lima, sofriendo ligeramente. Añadir entonces la leche de coco, y remover bien. Calentar, y añadir el azúcar moreno y unas gotas de salsa de pescado (si no se tiene, el sabor final no cambia mucho). Mientras se caliente la leche de coco, lavar y secar el salmón, quitar la piel al pescado y cortar en dados con cuidado de que no tenga ninguna espina. Una vez cortado y limpio, poner los dados en la leche de coco y remover unos minutos a fuego lento. Añadir entonces el zumo de lima, retirar del fuego y dejar reposar. Servir tibio, acompañado de arroz basmati al vapor.

Chocolate caliente con leche de coco

Por la mañana, hay pocas cosas que apetezcan más que un vaso de chocolate caliente (o a cualquier otra hora, en realidad). Desde que he descubierto la cremosidad de la leche de coco, no recomiendo hacer esta receta de otra manera. El resultado es mejor que el tradicional, para mi gusto, y se puede aromatizar al gusto de cada uno. Se puede añadir canela, pero también vainilla o si tenéis, especias de speculaas. Yo utilizo la miel de caña para endulzar, que encuentro en el mercadona a muy buen precio, y además le da un toque delicioso. Es más barata que el sirope de ágave, así que la recomiendo. Para los que duden sobre la leche de coco, por eso de las grasas saturadas, les recomiendo la lectura del libro «The coconut oil miracle«, de Bruce Fife, que me ha parecido muy interesante y desvela las propiedades de un producto desconocido para nosotros hasta hace muy poco.

Ingredientes:

• 2 latas de leche de coco (800 ml en total)
• 6 cucharadas de chocolate puro en polvo (yo uso marca Valor)
• Endulzante al gusto (yo uso miel de caña, pero también sirve el azúcar moreno)
• Canela al gusto

Elaboración:

Primero, colocar la leche de coco en un cazo a fuego lento. Aparte, colocar en un bol o taza las 6 cucharadas de chocolate en polvo, y añadir un poquito de agua. Remover bien, hasta conseguir una pasta muy espesa. Ir añadiendo agua hasta que el chocolate se disuelva del todo, sin formar grumos, y quede un líquido espeso.

Añadir a la leche de coco, y remover bien con una cuchara de madera, con cuidado de que no se peque al fondo. Añadir entonces el azúcar moreno o un chorrito generoso de miel de caña. Calentar lentamente hasta que esté a punto de hervir, pero con cuidado de que no se pegue el fondo, y retirar del fuego.

Yo coloco la mezcla en una jarra de vidrio, y tapada en la nevera me dura toda la semana sin problemas. Es una buena manera de comenzar el día.

Quiche de calabacín al romero



Esta receta me encanta, la hice hace años a partir de una receta de el libro «La biblia vegetariana», de Sarah Brown. La combinación de sabores del romero, el calabacín y la albahaca es deliciosa, y no me podía resistir a «tunear» la receta para adaptarla a la dieta. Para los que no sigan la dieta, se puede hacer también con una base de quiche normal.

 

Ingredientes:

• 2 calabacines medianos
• 1 cucharada de romero molido
• 1 cebolla
• 1 puñado de piñones
• 150 ml de leche de coco
• 3 huevos
• Hojas de albahaca

Masa:

• 120 gr de harina de arroz integral
• 40 gr de almendra en polvo
• 1 pizca de sal
• 1 huevo
• 2 cucharadas de manteca de cerdo o mantequilla no hidrogenada

Elaboración:

En primer lugar, hacer la base de la quiche. Mezclar todos los ingredientes hasta conseguir una masa elástica, y extender sobre una base engrasada (o cubierta con papel de horno), con la ayuda de los dedos, hasta que quede bien fina. Una vez hecha la base, hacer el relleno de calabacín: Cortar la cebolla bien fina y pochar en una sartén con un poco de aceite de oliva. Una vez pochada, añadir el calabacín laminado bien fino, si puede ser con la ayuda de una mandolina. Aparte, batir la leche de coco con el huevo en un bol, y sazonar con sal y pimienta, añadiendo una pizca de romero molido. Añadir la mezcla de cebolla y calabacín, y mezclar bien. Añadir entonces un puñado piñones y unas hojas de alhabaca trituradas.

Cubrir la base con la mezcla de calabacín, y meter al horno a 150ºC durante unos 20 minutos o hasta que la base esté hecha y la superficie ligeramente dorada.

Este plato está bueno tibio, pero también estará muy bueno al día siguiente.

Pollo con piña, jengibre y cilantro

Es curioso como a través de las especias se puede conseguir que un mismo ingrediente parezca otro totalmente distinto. Es lo que pasa en esta receta, que le da al pollo un toque muy diferente. Eso sí, solo para amantes del gengibre, como es mi caso. La receta original es de la página Recetas de rechupete, y el resultado no desmerece para nada. Lo único que he cambiado es reducir ligeramente la temperatura de cocción, y no añadir tanta agua ya que me parecía que ya tenía bastante líquido, por lo demás lo he seguido todo al pie de la letra.

Ingredientes:

• 4 muslos de pollo o la parte que más os guste
• 2 cebollas medianas o 1 grande
• 2 dientes de ajo
• 1 trozo de jengibre fresco de aprox. 1,5 cm
• Piña fresca en rodajas
• 1 vaso de vino blanco al gusto
• 2 cucharadas de vinagre (yo usé de manzana, pero sirve cualquiera)
• 1 manojo de cilantro fresco o congelado
• Nuez moscada
• Aceite de oliva
• Sal entera y pimienta negra

Elaboración:

A la hora de comprar el pollo, mejor que sea de calidad o en una carnicería de confianza, la calidad de los ingredientes es fundamental para el resultado final.

Pelar los dientes de ajo y picar a rodajas finas. Añadir aceite a la sartén y añadir los dientes de ajo picados, junto con el pollo salpimentado. Dejar cocer a fuego lento hasta que la superficie del pollo esté ligeramente dorada, sin dejar que se queme el ajo. Reservamos el pollo en un plato.

Mientras, pelamos las cebollas y las picamos. Sofreímos la cebolla en el mismo aceite donde hemos sofreído el pollo a fuego lento y con la cazuela tapada. Añadimos entonces los trozos de pollo y removemos, mezclando bien. Añadimos nuez moscada al gusto. Añadimos un vaso de vino blanco y el vinagre, y dejamos reducir al menos 10 minutos a fuego lento.

Añadimos el jengibre rallado por encima, removiendo bien. Añadimos también la piña cortada en trocitos. Removemos todo y guisamos a fuego lento, unos 20 minutos, hasta que esté el pollo hecho y se hayan mezclado bien los sabores. Servir bien caliente, con el cilantro espolvoreado por encima (se me olvidó para la foto).

«Focaccia» sin gluten

Por fin encuentro una receta de pan fácil de hacer y que tiene buen sabor. Lo de focaccia es por la forma alargada, se podría probar a añadir orégano a la masa para aumentar el sabor. Gracias a la receta publicada por Kate, he descubierto una forma de hacer pan que de verdad sabe a pan. Es la típica receta americana que divide los ingredientes secos y líquidos, y precisamente por eso es fácil de hacer. Si lo probáis, no os arrepentiréis. Sobretodo si ya habéis tirado unos cuantos intentos a la basura.

Ingredientes:

• 250 ml (180 gr) de harina de arroz integral (yo la compro en Veritas)
• 125 ml (90 gr) de almidón de tapioca (almidón agrio)
• 2 cucharadas de azúcar moreno
• 2 cucharaditas de goma xantana
• 1 cucharada de levadura rápida de panadería
• 1/2 cucharadita de sal entera
• 180 ml de agua mineral
• 1 cucharadita de vinagre de sidra
• 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
• 2 huevos
• Hierbas al gusto para cubrir la masa: romero, salvia…

Elaboración:

Mezclar juntos en un bol todos los ingredientes secos. Aparte, combinar todos los ingredientes líquidos. Añadir lentamente el líquido a la mezcla de harinas, y remover con una cuchara hasta mezclar bien.

Cubrir una bandeja de horno con papel de horno, y extender la mezcla encima, dejando una capa de masa lo más fina posible. Dejar descansar la masa unos 30-40 minutos, para que crezca un poco. Cocer a 150ºC hasta que la superficie esté dorada, hace falta poco tiempo, unos 10 minutos o un poco más. Dejar enfriar fuera del horno. Una vez frío, se volverá flexible. Cortar en rectángulos para usar como pan de sandwich o lo que se prefiera.

Se puede conservar mejor dejando el pan en una bolsa de congelador en la encimera, al día siguiente no habrá perdido la elasticidad. Si se quiere congelar, se podría congelar el pan cortado en cuadrados en una bolsa zip, y recalentar al horno cuando sea necesario.

Zimtsterne o estrellas de canela

Esta receta es tradicional de Suiza y Alemania en la época navideña, el único cambio ha sido cambiar el azúcar refinado por azúcar moreno. Sólo puedo decir que están deliciosas, aunque quizás otra vez probaré con un poco menos de azúcar. Recomendables estos días de invierno y familia, sobretodo para acompañar un café o un té.

Ingredientes:

• 3 claras de huevo
• 1 pizca de sal entera
• 250 gr de azúcar moreno
• 1-2 cucharadas de canela
• 350 gr de almendras en polvo

Elaboración:

Antes de mezclar los ingredientes, tendremos que hacer azúcar glass con el azúcar moreno. Para eso, yo uso un molinillo de café. También se puede hacer en el triturador de la minipimer.

Después, montar las claras a punto de nieve y ir añadiendo el azúcar glass y la sal. Incorporar las almendras y la canela. Cubrir con papel film y dejar en la nevera unas 2 horas.

Extender la masa encima de papel de horno, espolvoreado con azúcar moreno. Aplanar la masa con la ayuda de otro trozo de papel de horno, hasta que quede un grosor de aproximadamente 1,5 cm. Cortar las estrellas con la ayuda de un cortapastas en forma de estrella, que iremos impregnando de azúcar para que no se pegue. Irlas poniendo en una bandeja de horno cubierta de papel de horno, y hornear a 150ºC durante unos 15 minutos o hasta que estén ligeramente doradas. Dejar enfriar y guardar en un recipiente hermético.

«Tarka dal» o lentejas rojas al estilo hindú

Esta sopa al estilo hindú es muy agradable en estos días de frío. Al añadir la mezcla de «tarka» al final, el sabor mejora muchísimo, y es lo que le da ese toque especial. Como me encanta la comida hindú, solo puedo recomendarla. Si no tenéis ghee (mantequilla clarificada), podéis usar aceite de oliva. A pesar de que el ghee es un derivado lácteo, lo he incluido como apto para la dieta porque se ha eliminado totalmente la parte proteica de la leche a través del proceso de clarificación. Yo compré el mío en una tienda pakistaní, y la verdad es que dura siglos en la nevera.

Ingredientes:

• 150 gr de lentejas rojas partidas
• 1 zanahoria
• 1 cebolla
• 1 patata
• 2 dientes de ajo
• 1 trozo de raíz de jengibre de aprox 2 cm.
• 1 cucharadita de cúrcuma
• 1 cucharadita de ciantro en polvo
• 1 cucharada de tamarindo (opcional)
• 1 manojo de cilantro fresco picado
• 1 chile (opcional)
• Sal entera

Tarka

• 2 cucharadas de aceite de oliva o ghee
• 1 cucharadita de semillas de comino
• 1 cucharadita de semillas de mostaza
• 1 pizca de asafoétida (opcional)

Elaboración:

Primero, lavar las lentejas y dejarlas cubiertas de agua al menos 1 hora antes. Cubrir una cazuela de fondo grueso con un poco de aceite de oliva. Sofreír la raíz de jengibre pelada y rallada, los dientes de ajo pelados y cortados a rodajas finas, la cebolla picada fina y la cúrcuma y el cilantro en polvo. Sofreír unos minutos hasta que la cebolla se vuelva transparente, con cuidado de no quemar las especias y removiendo frecuentemente. Añadir entonces la zanahoria y la patata, peladas y cortadas a dados pequeños. Seguir sofriendo, y añadir entonces las lentejas escurridas y 600 ml de agua mineral. Dejar entonces cocer tapado hasta que las lentejas estén tiernas. Cocer destapadas unos minutos si queda un exceso de líquido, y reservar tapado.

Aparte, hacer el tarka: Juntar todos los ingredientes en una sartén, con cuidado de no quemarlos. Cuando se derrita el ghee y crepiten ligeramente las especias, verter sobre las lentejas justo antes de servir, junto con un poco de cilantro fresco picado. Yo tengo cilantro congelado para estos casos, que aunque no llega a ser nunca como el fresco, te saca de un apuro.

Charla TED de Jamie Oliver sobre la comida basura

 

Se pueden elegir los subtítulos en español en la esquina inferior izquierda del video.

Por una vez, no publico una receta nueva. Esta charla TED de Jamie Oliver me ha parecido muy interesante, ya que habla con mucha claridad de las consecuencias de una mala alimentación en la salud de la sociedad actual. Como siempre, Jamie se expresa de maravilla y de una forma muy clara. La charla habla sobretodo de la comida basura y de la obesidad, y de lo que nos espera en los próximos años si no se insiste en la educación nutricional de los niños en el colegio, labor que él mismo ha realizado en los últimos años. Es muy revelador el momento en que los niños de un colegio inglés no reconocen las verduras…

Para los que no hayáis oído nunca hablar de las charlas TED, valen la pena, ya que cubren una gran cantidad de temas explicados muchas veces por los expertos mundiales en cada tema, abordados de una forma brillante y entendible.

Estoy totalmente de acuerdo con su mensaje, y por eso lo publico. Quizás en nuestro país todavía no se ha llegado a una situación tan extrema, pero si no se potencia la alimentación tradicional, creo que podemos acabar así en no demasiado tiempo. La comida basura siempre jugará con ventaja, es más barata y más fácil de cocinar, solo hace falta un microondas. Ayudemos a mantener la alimentación como la base de salud entre todos: Está más buena, y además es más sana!

Feliz navidad a todos/as!

Ensalada de zanahoria especiada

Esta receta me ha parecido fácil de hacer y resultona; se puede hacer el día antes, la zanahoria reposa en la nevera de un día para otro y estará todavía más buena. Yo no he podido esperar tanto, pero mejora mucho si se deja reposar el menos 1 hora a temperatura ambiente. Yo tengo cilantro congelado para estas recetas, y la verdad es que aunque no llega a ser como el fresco, te saca de un apuro.

La receta la he visto en L´exquisit, que tiene una fotos espectaculares.

Ingredientes:

• 2-3 zanahorias grandes, peladas y cortadas a rodajas grandes
• 1 diente de ajo
• Aceite de oliva virgen
• Zumo de medio limón
• 1 cebolleta cortada en medios aros bien fina
• Unas 10 aceitunas negras, cortadas menudas
• Una ramita de  cilantro fresco, picado
• Especias, 1/2 cucharadita de cada: Canela molida, Gengibre molido, Pimienta negra, Hebras de azafrán, Cúrcuma, Cardamomo molido.
• Sal entera
• Ensalada fresca variada (escarola, canónigos, hoja de roble…) yo utilizo una mezcla en bolsa.

Elaboración:

Cocer la zanahoria en agua hirviendo con el diente de ajo machacado con el cuchillo durante unos 6 minutos. Pasado ese tiempo, cocer a fuego lento hasta que estén blandas. Entonces, escurrir y pasar por agua fría para parar la cocción. Reservar.

En una sartén, colocar las especias y calentar (cuidado, sin quemar!) unos segundos, para que liberen su aroma. Mezclar entonces con un buen chorrito de aceite de oliva, el zumo de limón, y la sal. Yo lo suelo hacer en un pote de cristal con tapa que guardo para las vinagretas, va perfecto.

Mezclar entonces las zanahorias con el aceite especiado, el cilantro picado, las aceitunas y la cebolla picadita. Dejar a temperatura ambiente una hora al menos, para que vaya cogiendo el sabor y servir sobre un lecho de lechugas.

Polvorones (sin gluten!)

Estoy emocionada: esta receta está buenísima! Además, no he tenido a recurrir a ningún truco para que la harina sea más «amasable»: la mezcla con la manteca de cerdo hace que se amase sola, sin engancharse. Supongo que los celíacos pueden utilizar una de sus harinas, como Schär, pero yo prefiero siempre que puedo evitar estas harinas: en su mayor parte se componen de almidón, con lo que se elimina la parte más nutritiva del cereal. Es por esta razón que he utilizado harina de arroz integral. Si vivís en Barcelona o alrededores, la encontraréis sin ningún problema en los supermercados Veritas y en algunos otros centros de dietética. De todas formas, si tenéis Thermomix es fácil hacer la harina si tenéis el arroz integral, como explican en esta página. Siempre es preferible que sea integral, por las propiedades para la salud que tiene la cáscara del cereal.

Antes de hacer la receta, he estado revisando varias recetas ya publicadas en internet. Todas siguen las mismas proporciones básicas. Me ha hecho gracia ver esta receta en la que no se necesita horno, de Webos fritos. El problema es que no tenía el tiempo para hacerlo de esta manera, ni un lugar en casa donde corriera el aire, así que al final lo he hecho a la manera tradicional. De todas formas, vale la pena tenerla en cuenta si os apetece.

Os garantizo que el resultado es indistinguible del original. Si la probáis, no os defraudará. Además, ahora que comienza a ser época de fiestas, quedan ideales envueltos en papel de seda para regalar.

Con esta receta contribuyo al HEMC 49, que tiene como tema la Navidad, propuesto por Nuria, de Petita cuina.

Muchas gracias por vuestro apoyo mientras estaba de mudanzas, parece que todo comienza a funcionar por fin…

Ingredientes:

• 250 gr de harina de arroz integral
• 125 gr de manteca de cerdo (yo he utilizado marca El Pozo)
• 75 gr de azúcar moreno
• 60 gr de almendra molida
• Un pizca de sal
• 1 cucharadita de canela molida
• Semillas de sésamo para decorar

Elaboración:

Primero hay que tostar la harina para que pierda el sabor a crudo. Se precalienta el horno a 150ºC, se pone en una bandeja de horno y se deja en el horno hasta que adquiera un bonito tono dorado. Cuando comience a cambiar de color, se retira del horno, bastará con unos 15- 20 minutos. Mientras, colocaremos el azúcar moreno en el molinillo de la minipimer, y lo trituraremos un minuto para conseguir azúcar glass. Si tenéis molinillo de café, también serviría. En un bol mezclamos todos los ingredientes, añadiendo la harina recién sacada del horno. El calor de la harina ayudará a fundir la manteca de cerdo, con lo que la masa quedará mejor mezclada. Dejar enfríar, también se puede dejar una hora en el frigorífico, y una vez fría la masa, coger bolitas de la masa, dándole la forma redondeada, y colocar en una bandeja de horno cubierta de papel de horno. Ir haciendo bolitas con la masa hasta acabarla, y entonces aplanar las bolitas para convertirlas en cilindros de aproximamente 1,5 cm de alto. Espolvorearlos con semillas de sésamo, y meter al horno 150ºC unos 15 minutos, para que pierdan la humedad, aunque como ya he dicho podrían comerse ya, porque la harina ya está tostada.

Al sacarlos hay que tener cuidado, porque son muy frágiles. Es mejor retirarlos de la bandeja cuando ya estén fríos, con una espátula. Envolver en papel de seda del color que prefiráis, quedan preciosos para regalo.

La autora del blog está de mudanzas

 

No, no he desaparecido. Hace unas semanas que estamos de mudanzas, y el proceso ha resultado ser más largo de lo que esperaba… Parece mentira la cantidad de cosas que puede haber en un piso. Estoy deseando tenerlo todo en su sitio para comenzar a hacer fotos y recetas de nuevo. De momento, la cocina es más grande que la anterior, de manera que la cosa promete.

Tened paciencia, volveré!

Helado de Málaga

Estoy encantada con el resultado que da la leche de coco en las recetas de helado. Hacía mucho tiempo que no probaba unos helados tan cremosos, incluso después de llevar días en el congelador. Sólo necesita unos minutos fuera del congelador y ya se pueden hacer bolas para servir. Y la verdad es que son imposibles de distinguir del original, no se nota el sabor de coco por ningún lado. O sea que ya sabéis, los intolerantes a la leche pueden disfrutar de los helados como cualquiera (o más).

Hace años que compré una heladera casera que la verdad es que da muy buen resultado. Consta de una base que se deja en la bandeja del congelador y de un motor unido a unas aspas que mantecan el helado. Lo recomiendo para cualquier persona a la que le guste el helado artesanal, no es muy caro (creo que alrededor de 50 euros) y es un gusto tomar helados sin ingredientes extraños, totalmente naturales.

Así que despido el verano con un helado, y uno que me gusta especialmente. El truco de este helado es un buen vino dulce de Málaga, yo he utilizado un Pedro Ximénez. Al utilizar 4 yemas, lógicamente sobrarán 4 claras. Mi solución ha sido hacer otro helado… de leche merengada. Pronto publicaré la receta, de momento, espero que disfrutéis de esta. Buen verano!

Ingredientes:

• 100 gr de pasas sultanas
• 800 ml de leche de coco (2 latas de 400 ml cada una)
• 250 ml de vino dulce de Málaga (Pedro Ximénez en mi caso)
• 4 yemas de huevo
• 1 vaina de vainilla o extracto de vainilla
• 50 gr de azúcar moreno o su equivalente en sirope de ágave

Elaboración:

Se cortan las pasas en trocitos y se dejan macerar en el vino durante al menos 3 horas (mejor si es durante toda la noche). Se baten las yemas junto al azúcar hasta que estén espumosas, mientras pondremos la leche de coco a calentar junto a la vainilla, cuando esté templada se añaden las yemas poco a poco y sin dejar de remover, hasta que espese ligeramente. Cuando la crema esté hecha se añade el vino y las pasas y se remueve lentamente a fuego suave unos minutos más. Se separa del fuego y se deja enfriar en la nevera. Una vez bien frío, se manteca en la heladera hasta que esté listo, y se coloca en un recipiente de plástico en el congelador. Para los que no tengáis heladera, también se puede hacer por el procedimiento de dejar el líquido una media hora en el congelador, sacar y remover. Volver a sacar al cabo de media hora, y ir repitiendo el procedimiento hasta que quede un helado cremoso.

Ensalada de judías verdes

Esta es una ensalada muy apetecible ahora en verano, la encontré en L´exquisit, que tiene unas recetas deliciosas y con una pinta estupenda, como su nombre indica. Me he apuntado varias para hacerlas este verano, a ver si me animo y tengo tiempo.

La foto es de la ensalada justo antes de meterla en la nevera. Esta ensalada también queda muy bien con gambas o palitos de surimi, todo depende de lo que tengamos en la nevera. Supongo que con atún también quedaría perfecta.

Ingredientes (2 personas):

• 400 gr de judías verdes
• 150 gr de gambas o surimi, al gusto (yo utilizé carne de cangrejo)
• 1 cebolla tierna cortada en aros finos
• Tomates cherry

Aliño:

• 1 cucharadita de mostaza a la antigua
• zumo de medio limón
• 1 diente de ajo prensado
• Aceite de oliva virgen
• 1 cucharada de perejil fresco, picado
• 2 tomates secos en aceite, escurridos y cortados en tiras finas.

Elaboración:

Hervir las judías bien limpias en agua abundante con sal durante aproximadamente unos 10 minutos o hasta que queden al dente. Escurrir y refrescar con agua bien fría. Colocar en un recipiente con tapa.

Mientras se cuecen las judías, ir preparando el aliño en un pote y agitar bien. En una sartén con un poco de aceite de oliva, colocar los tomates cherrys cortados a cuartos y la carne de cangrejo laminada con la mitad del aliño, remover un minuto a fuego medio, y verter sobre las judías verdes. Añadir la cebolla laminada y añadir el resto del aliño. Tapar el recipiente y colocar en la nevera, al menos una hora antes de servir.

A la hora de servir, se puede colocar un huevo escalfado por encima de las judías.

Helado de vainilla

Este helado es adictivo… al menos para mí. Es tan fácil de hacer y está tan cremoso que parece mentira. El secreto es utilizar un buen extracto de vainilla, si puede ser casero.

De todos los helados que he hecho, es el más fácil de hacer y el que permanece más cremoso, aun después de llevar días congelado (aunque normalmente no aguanta muchos días). La cremosidad se la da el alto contenido graso de la leche de coco.

Durante mucho tiempo se ha dicho, y todavía se dice, que el aceite de coco (también conocido como grasa de coco) era malo para la salud, por su alto contenido en grasas saturadas. Hoy en día ya se sabe que no todas las grasas saturadas son iguales. Si bien es cierto que la grasa de origen animal es nociva si se consume en exceso, la grasa saturada de origen vegetal (aceite de coco, de nuez de palma…) se comporta de manera diferente. La diferencia consiste en que se compone en su mayoría de ácidos grasos de cadena mediana, que no precisan del hígado para su metabolismo y que se queman en la célula directamente. Estudios recientes indican que en realidad el aceite de coco aumenta el metabolismo, siendo útil especialmente para las personas con hipotiroidismo o para cualquier persona que quiera rebajar unos kilos. De hecho, los pueblos que utilizan el aceite de coco habitualmente suelen tener una incidencia muy baja de obesidad. Además, es una fuente natural de ácido láurico, conocido por sus grandes propiedades antivíricas y antimicrobianas.

Como véis, la nutrición es un tema muy complejo y muchas veces se descubre que lo que se consideraba un dogma indiscutible resulta que no era tan cierto. Os he echado un rollo, pero me parece interesante que este helado sea sano además de estar buenísimo.

Ingredientes:

• 1 lata de leche de coco (normalmente de 400 ml)
• Extracto de vainilla al gusto
• Vainilla en polvo
• Sirope de ágave al gusto
• Puré de almendra (opcional)

Elaboración:

Mezclar en un vaso de batidora la leche de coco, el puré de almendra, la vainilla y el sirope de ágave. Cada marca de leche de coco tiene un dulzor diferente, con lo que es mejor probar hasta que quede a nuestro gusto. Batir bien, y meter en un recipiente en la nevera unas horas. Una vez frío, poner en la heladera hasta que quede mantecado, y meter en un recipiente en el congelador hasta la hora de servir.

Yo lo he servido con unas rodajas de plátano, y espolvoreado con vainilla en polvo.

Extracto de vainilla

El principal ingrediente del extracto de vainilla es la PACIENCIA!  Yo el mío lo tengo desde hace casi un año, pero se puede consumir a los pocos meses. Una vez el color se asemeje al de la última foto, se puede ir consumiendo y rellenando a su vez con vodka. Le he ido añadiendo vainas de vainilla, cuantas más mejor. El secreto es que sean de buena calidad; eso se nota si son flexibles y con buen aroma. Yo las mías las encontré en un mercado de Amsterdam, pero se pueden conseguir en establecimientos especializados, por ejemplo en Solé Graells. La mejor es de Haití y Madagascar, pero mientras tenga buen aroma servirá. Cuando se prueba, te das cuenta de que no tiene nada que el ver con el sucedáneo que a veces se encuentra en los supermercados.

Ingredientes:

• Vainas de vainilla de buena calidad
• Vodka

Elaboración:

Buscar un recipiente (mejor con rosca) donde quepan las vainas sin problemas. Con un cuchillo, partir las vainas a lo largo sin llegar al final y meterlas en el recipiente. Rellenar el pote de vodka, tapar y colocar en un lugar oscuro. Ir agitando de vez en cuando para que se impregne el licor del aroma, cuando nos acordemos o pasemos cerca. Al cabo de unos meses, el color del vodka irá virando de color hacia el color de la última foto: ya está listo para utilizar en cualquier receta. Entonces, se vuelve a rellenar el tarro con vodka y listo.