«Queso» de nueces de macadamia a la lima

Estoy entusiasmada con el resultado del «queso» con frutos secos. Así que cuando el otro día fui a comprar al Lidl, me fijé enseguida en unas bolsitas de nueces de macadamia. En la bolsa pone «fritas y saladas», pero en realidad están casi crudas. En cuanto llegué a casa, las puse en remojo para quitarles la sal y hidratarlas, y al día siguiente preparé el «queso» siguiendo una receta muy similar a la anterior con anacardos, pero con aroma a lima. El resultado me ha parecido tan bueno como con los anacardos, y además más económico y fácil de conseguir.

Las nueces de macadamia son originarias de Australia, y su sabor es delicioso, con una textura muy cremosa. Además son ricas en omega-3, con lo que son cardiosaludables. Eso sí, os lo tendréis que pensar de cara a la operación bikini, ya que como todos los frutos secos, son muy calóricas.

Ingredientes:

• 1 taza y media de nueces de macadamia
• 2 cucharadas de aceite neutro
• 1 cucharada de leche vegetal
• 2 cucharaditas de vinagre de manzana
• 1 cucharadita de zumo de lima
• Ralladura de 1 lima
• Agua mineral

Elaboración:

En una trituradora de vaso (yo utilizo el que venía con la batidora), se colocan las nueces de macadamia escurridas, con un chorrito de agua. Se añaden el resto de los ingredientes excepto la ralladura de lima. Se tritura bien con la batidora durante unos minutos, ha de quedar una pasta muy fina, si es necesario añadir más agua para que no quede demasiado espeso. Una vez triturado, colocar en un recipiente de cristal y añadira la ralladura de lima, removiendo bien. Tapar y guardar en la nevera, estará más bueno al día siguiente. Dura aproximadamente una semana bien tapado.

A mí este «queso» al aroma de lima que encanta bien extendido sobre una tostada y cubierto de sirope de ágave o miel. Últimamente me he aficionado a unas tostadas de trigo sarraceno que encuentro en las tiendas de dietética, que salen muy buenas. Se llama «Le pain des fleurs«, y combina a la perfección con la crema de macadamia.

Pastel de «queso»

Estoy muy contenta de como ha quedado esta receta, ya que casi es indistinguible del original. El dulzor lo da casi totalmente la mermelada de arándanos, si os gusta un poco más dulce, habra que añadir un poco más de azúcar moreno.

Me ha hecho gracia porque es una de esas recetas que piensas que es imposible volver a comer al hacer la dieta, y la verdad es que el resultado es muy convincente. Había visto recetas veganas de tarta de queso con gelatina y yogur, o con preparados de queso vegano no disponibles en nuestro país (Tofutti), pero la inspiración me vino al ver la receta de queso fresco de anacardos en una página de recetas veganas. Esta receta es muy parecida a la clásica, pero sustituyendo el «Philadelphia» por el queso de anacardos. Si lo probáis, os sorprenderá seguro.

P.D.: EL domingo lo llevé a casa de mis padres (normalmente reacios a probar cosas»diferentes») y no quedaron ni las migas! . Hasta me pidieron la receta… Confirmado: no se distingue del original.

Ingredientes:

• 1 tarrina de queso de anacardos (o coquitos, el resultado es muy similar)
• 3 yogures de soja
• 3 huevos
• 3 cucharadas de maicena
• 1 cucharada de azúcar moreno
• ralladura de 1 limón/lima
• Mermelada de arándanos para decorar

Elaboración:

Se precalienta el horno a 150ºC.

En un bol, se mezclan bien todos los ingredientes excepto la maicena. Se aparta un poco de la crema y se disuelve bien la maicena, para que no queden grumos, y se vuelve a añadir a la preparación.

En un molde alto desmontable de aro engrasado con la ayuda de un pincel, se vierte la preparación y se coloca al horno unos 30 minutos o hasta que esté ligeramente dorado en la superficie y al pincharlo el tenedor salga limpio. Se saca del horno y se cubre con la mermelada de arándanos. Se deja templar ligeramente, se cubre el molde con papel film y se mete en la nevera. Se sirve frío.

«Queso» cremoso de anacardos

Hace tiempo que quería hacer un queso de untar, pero adaptado a la dieta. Los veganos saben que esto no es fácil, y es gracias a ellos que he encontrado esta receta que he adaptado ligeramente. La verdad es que la encuentro deliciosa, y me ha dado una idea para hacer un postre que hace tiempo que me apetecía. Para mi gusto, es incluso más bueno que el «Philadelphia» de toda la vida, sobre todo por ese toque a limón. También se puede poner ralladura de lima, todo va a gustos.

Para los que vivan en Barcelona, el mejor sitio para encontrar anacardos y cualquier otro fruto seco, es sin duda la Casa Gispert, cerca de Santa Maria del Mar, en el carrer Sombrerers. Ir allí es toda una experiencia, aunque como me queda lejos a veces compro sus productos en las tiendas Marsans, que me quedan más cerca, y prácticamente al mismo precio. Si algún día podéis ir, comprobaréis como es casi imposible salir sin haber comprado nada.

Ingredientes:

• 1 taza y media de anacardos crudos, sin salar (o nueces del Brasil)
• 2 cucharadas de aceite neutro (yo usé de semilla de uva; es posible que con aceite de oliva también quede bueno)
• 1 cucharada de leche vegetal (yo usé de arroz)
• 2 cucharaditas de vinagre de manzana
• 1 cucharadita de zumo de limón
• 1 pizca de sal
• Ralladura de 1 limón

Elaboración:

Lavar bien los anarcardos bajo el grifo, dejar en remojo unas 12 horas o toda la noche. Escurrir, y añadir a el vaso triturador de la batidora, con el resto de los ingredientes, excepto la ralladura de limón. Batir bien durante unos minutos (cuidado de añadir más agua si es preciso, es posible que el motor de la batidora se muera si es demasiado espeso), hasta que quede una crema espesa y cremosa. Añadir entonces la ralladura de limón, y dejar en un tupper (mejor de cristal) tapado en la nevera. Está buenísimo al día siguiente sobre una tostada de arroz, o crackers de sésamo. Aguanta unos días en la nevera, alrededor de 5, aunque nunca me ha durado tanto. 😛

P.D.: es posible hacer este «queso» también con coquitos, o nueces del Brasil. El resultado no es tan untuoso, pero también funciona. Al estar aromatizado con la piel de limón/lima, el sabor es parecido. Son una alternativa más fácil de encontrar, y también más económica. También se puede hacer con almendras crudas, con un resultado muy parecido.

Pastel crudo de «queso» con salsa de fresas

Este es un pastel tan delicioso que es difícil creer que está crudo. La base del pastel es el anacardo, un fruto seco que aporta mucha cremosidad a las cremas. El resultado no puede ser más bueno. La idea la he sacado de la página Gone Raw, donde hay muchas recetas crudas y deliciosas. La verdad es que algunas son todo un descubrimiento (y fáciles de hacer!)

Ingredientes (4 personas):

Base de la tarta:

• 1 taza (250 cc) de nueces
• 4 dátiles neglet noir
• 2 cuch. de coco rallado seco

Relleno de «queso»:

• 1 taza y media de anacardos (350 cc aprox.)
• Zumo y ralladura de 2 limones
• 100 cc de miel (de acacia o azahar si es posible)
• 1 pizca de vainilla
• 50 cc de agua
• Manteca de cacao rallada (opcional)

Crema de fresas:

• Un puñado de fresas
• Azúcar moreno glass (al gusto) o sirope de arce

Elaboración:

Comenzamos por la base: triturar en el robot las nueces con el coco seco, y añadir cuando esté triturado los dátiles sin hueso y troceados. Habrá que ir bajando la mezcla a mano de vez en cuando, porque se vuelve muy pegajosa, y al final tendremos una pasta fácil de extender. Cubriremos con ella la base de la tarta.

Para hacer el relleno, pondremos los anacardos en remojo una hora como mínimo. Mientras, mezclaremos el zumo de los limones, la miel, la vainilla y el agua. Añadiremos también un trozo de manteca de cacao rallado si lo tenemos, ya que le da mucha cremosidad a la mezcla. Si no lo tenemos, no es imprescindible. Metemos los anacardos escurridos en la trituradora, junto con la mezcla de limón y miel y lo trituramos hasta conseguir una masa espesa. Vertemos la mezcla encima de la base del pastel. Colocar en la nevera, después de espolvorear el pastel con coco rallado. Al cabo de una hora, ya estará solidificado.

La crema de fresas se hace simplemente triturando las fresas con el azúcar moreno glass.

Para emplatar, lo mejor es colocar el pastel en el congelador, una vez congelado se podrá extraer fácilmente del molde, y colocar en un plato en la nevera hasta la hora de servir. Luego se me ha ocurrido que hubiese sido mejor colocar un poco de papel film en el molde, y colocar el pastel encima para poder sacarlo más fácilmente. De todo se aprende…

Servir junto a la salsa de fresas. Ummmm.

Una variante de esta receta podría ser sustituir los anacardos por nueces de macadamia, y el limón por lima. Seguro que queda todavía más bueno…