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Arroz con leche (a la asturiana)

abril 13, 2012 6 comentarios

 

Hace 5 años publiqué una receta de arroz con leche que para mi gusto no estaba mal, pero tengo que reconocer que ha habido un antes y un después de probar la receta al estilo asturiano. La verdad es que el sabor mejora muchísimo, con una cremosidad que lo hace delicioso. Creo que el truco está en el paso de pasar el arroz por agua caliente, para que libere el almidón y espese mejor, sin olvidar la mantequilla (en mi caso, margarina no hidrogenada). Sin ella creo que la receta estaría buena igualmente, pero es fácil de encontrar, suelen tener en cualquier tienda de dietética. Por desgracia, la mayoría de margarinas que se encuentran en los supermercados contienen grasas hidrogenadas para conseguir una textura sólida. Las grasas hidrogenadas o «trans» son muy nocivas para la salud, en contra de lo que a veces nos quiere vender la publicidad. En realidad no deberían estar a la venta productos que las contengan, pero de momento el mercado manda. Solo nos queda informarnos lo mejor posible.

Este plato ha sido un éxito total en casa, lo he tenido que repetir unas cuantas veces por petición popular. Si lo probáis bien frío, crea adicción.

Ingredientes:

  • 1 litro de leche de soja
  • 120 gr de arroz redondo (yo utilizo arroz bomba)
  • 100 gr de azúcar moreno
  • 1/2 vaso de agua
  • 1 trozo de piel de limón
  • 1 cucharada sopera de margarina no hidrogenada
  • 1 chorrito de anís (opcional)

 

Elaboración:

Para comenzar, es importante poner dos recipientes al fuego: uno con el agua y otro con la leche de soja. Hay que tener en cuenta que se pasa todo el contenido del recipiente con agua al de la leche, así que el recipiente de la leche ha de tener más capacidad. Cuando el agua está hirviendo, se echa el arroz y se remueve bien. Al cabo de unos segundos, se echa el contenido de la olla al recipiente con la leche caliente y se vuelve a remover. Se añade entonces la margarina y la piel de limón.

Reducir a fuego medio-bajo y ir removiendo con una cuchara constantemente para que no se pegue al fondo. Tardaremos un rato, entre media hora y 1 hora, dependiendo de la potencia del fuego. Deberá quedar un poco más «suelto» de como nos gustaría comerlo, hay que tener en cuenta que al enfriar espesará. Una vez lo tengamos al punto (es cuestión de práctica), se retira del fuego y se le añade el azúcar y el anís (si se quiere), removiendo bien hasta disolver. Una vez tibio, meter en la nevera.

Este plato se sirve frío, que es como está más rico. Lo mejor es servirlo en vaso o en un cuenco con canela espolvoreada por encima, es un placer.